El arte de quererse a si mismo

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Gusta Cabrera

Fotógrafo freelance con formación en IEFC (Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya) en Barcelona.

Hace poco, viví una experiencia peculiar por así decirlo. Una mujer se puso en contacto conmigo para realizar una sesión de fotos al aire libre con ella y su pareja. Habló con mi esposa, quien suele gestionar las llamadas, y le formuló las preguntas básicas e importantes para la sesión. La cliente mencionó que no le gustaba fotografiarse debido a su sonrisa y expresiones. Mi esposa, con conocimiento de mi estilo de trabajo, le explicó que la sonrisa no es indispensable en una sesión de fotos de parejas, simplemente deben relajarse y ser auténticos.

Por lo general, nos reunimos con los clientes para tomar un café, discutir la sesión y abordar todos los detalles relevantes. Sin embargo, estábamos muy liados y decidimos gestionarlo todo por teléfono. Gran error.

Llegó el momento de la sesión en un día hermoso y pensé que las fotografías saldrían como las había imaginado. Sin embargo llegaron casi media hora tarde, el sol empezaba a ocultarse y ya no era posible trabajar con luz natural. Opté por usar el flash, las fotos no salieron como las había imaginado debido a la falta de luz natural, pero surgió un estilo diferente durante la transición entre el día y la noche. Acerté con la iluminación del flash, que añadió volumen a los retratos y me dejó muy satisfecho.

Pero ninguno de estos detalles fue el problema. El problema surgió cuando durante la sesión le iba mostrando sus fotos y las rechazó, argumentando que se notaba un diente que no le gustaba. Traté de explicarle que eso se podía corregir fácilmente en la postproducción, pero se puso nerviosa y me pidió que las borrara. Después, señaló las marcas en su cuello, acentuado por la tensión que sentía. Luego, mencionó las arrugas en su cara, que obviamente son signos evidentes de la edad, afirmando que esa no era ella. Aún así le pedimos que se relajara que sabíamos lo que estábamos haciendo que en la entrega final estaría satisfecha

A pesar de todo, como profesional, logré sacar adelante la sesión. Edité las fotos y las entregué, sabiendo que no volvería a trabajar mas para esta persona.

Creo que tanto yo como fotógrafo y ella como cliente, debemos abordar dos aspectos.

Yo: Mantener la rutina de reunirnos con el cliente, entender sus necesidades y evaluar si es viable trabajar con ese cliente. Hay situaciones en las que no se puede ni se debe trabajar con algún tipo de cliente, esto es fundamental para preservar mi salud mental.

Cliente: Debemos comprender que la naturaleza nos hizo como somos, y es crucial aceptarnos. Si no estamos satisfechos con nosotros mismos, tratemos de mejorar. Comer de manera más saludable, cuidar nuestra piel, amarnos un poco mas cada día y dejar de lado los complejos que nos perjudican para vivir en paz con nosotros mismos. Puede ser difícil, pero si no lo intentamos, ya habremos perdido.

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